“Motosierra” o mejora: en la industria frigorífica se vienen 10 días claves que definirán la suerte del negocio

En medio de un complejo panorama económico marcado por márgenes negativos para su actividad, en la industria frigorífica exportadora advierten que se encuentran ante una “disyuntiva” que los obligará a tomar decisiones en menos de 10 días: entre ellas, aplicar la “motosierra” para reducir gastos y personal y quedarse solo con algunos negocios más rentables o ver cómo aumentan la producción en caso de que haya renovadas señales positivas para el sector y así poder diluir costos.

En un contexto caracterizado por precios bajos en los mercados internacionales, una depreciación del dólar en las exportaciones y el estancamiento en el mercado interno, la actividad se ha vuelto menos rentable, según admitieron a este medio desde el sector.

Según el último informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), en marzo pasado la faena de ganado se ubicó en 1,054 millones de cabezas, una merma del 13,3% versus igual mes de 2023. En tanto, la faena acumulada del primer trimestre de 2024 llegó a 3,27 millones de cabezas, una contracción del 7,8% respecto de igual período de 2023. Ciccra analizó los motivos de la baja: “La fuerte seca registrada en los últimos tres años forzó, por un lado, la venta de vientres y, por el otro lado, redujo los índices de preñez/parición, lo que se tradujo en una menor disponibilidad de terneros este año. Asimismo, la recuperación de las pasturas de los últimos meses viene favoreciendo la retención de vaquillonas y novillitos en el campo, con el fin de que ganen kilos baratos”.

Estamos en una situación de incertidumbre en la cual de aquí a 10 días vamos a tener que empezar a tomar una decisión: achicamos la operación y reducimos los costos, aplicando la “motosierra”, es decir, disminuir el personal, reducir los costos de energía y mantener un volumen de producción más reducido para mantener los negocios más rentables o, si aparece una mejora en la oferta de hacienda y hay alguna pequeña mejora en alguno de los indicadores, aumentamos el volumen para diluir esos gastos”, dijo el CEO de una de las empresas de mayor producción de la Argentina.

El empresario explicó que actualmente mantienen los volúmenes de trabajo del año pasado, pero el problema radica en que el costo de adquisición de la hacienda y todos los insumos necesarios para la producción deja un margen de contribución relativamente bajo para cubrir los gastos fijos de la empresa.

Para el empresario no se vislumbra una mejora significativa en la rentabilidad, que se podría dar a través de aumentos en los precios del mercado externo o cambios en la mejora del tipo de cambio. “La tasa de devaluación se mantiene estable en un 2% y no parece que vaya a aumentar en el futuro cercano. Esta situación no anticipa una mejora significativa en este aspecto. Además, en cuanto a los precios internacionales, el principal mercado, China, no muestra signos de un aumento considerable en la demanda, ni mejora de los precios, lo que limita las oportunidades de mejora por ese lado”, dijo.

Por otro lado, el ejecutivo agregó que, en cuanto al mercado estadounidense, si bien la demanda es positiva, se enfrentan a un límite de cuota de 20.000 toneladas -sin aranceles- y cualquier cantidad adicional enfrenta un impuesto del 26%, lo que hace que la rentabilidad sea poco viable. “Cualquier mejora potencial debería provenir de una reducción de costos. El ganado representa más del 60% de nuestros costos totales. Si los precios no bajan, o al menos se mantienen estables, enfrentaremos desafíos significativos”, señaló. No obstante, indicó que existe cierta expectativa de que mejore la oferta.

Otro empresario indicó que decidieron esperar hasta junio próximo para evaluar los resultados de los ajustes macroeconómicos anunciados por el Gobierno. “Hay un cambio muy significativo en los márgenes desde febrero, que lleva tres meses, pero hemos decidido tratar de ver qué pasa con el horizonte que el propio Gobierno de alguna medida ha anunciado como que se van a empezar a ver los resultados de los ajustes macroeconómicos en junio. Por eso vamos a pasar mayo cuidando los costos y tratando de perder lo menos posible”, dijo otro empresario. Indicó que están produciendo a pérdida.

Según contó, esta postura es porque reducir la actividad implica, en algunos casos, suspender personal, lo cual conlleva otros costos significativos debido al tiempo y esfuerzo requeridos para capacitar y entrenar a un nuevo equipo calificado que cumpla con las expectativas de producción. Además, la suspensión de personal afecta los ingresos de aquellos que permanecen en la empresa.

En este contexto, señaló todo el trabajo que implica desarrollar clientes, penetrar mercados y lograr una participación específica. “En otro momento parecía como que la carne se despachaba; hoy hay que vender la carne, generar relaciones y todos los clientes demandan que seas un proveedor consistente. No solo es el producto, sino también es el comportamiento tuyo como proveedor”, explicó. “Por eso estamos trabajando bajo un sistema tratando de tener control y esperando cómo se van a desenvolver los hechos. Tenemos un horizonte puesto en junio”, concluyó.

Fuente: La Nación

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