- El consumo local cayó un 8,2 por ciento entre febrero de 2023 y febrero de 2024.
- El peso de la exportación en el volumen total producido superó el 30 por ciento.
- El precio de la carne aumentó 15 por ciento.
«No hay plata». El eslogan de gobierno de Javier Milei tiene múltiples expresiones y una de ellas es el consumo de carne, un bien central en la canasta de los argentinos cuyo precio mostró una recomposición importante en los últimos cuatro meses obligando a los consumidores a racionar las compras. Según un informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes de la Argentina (Ciccra) el consumo aparente de carne vacuna cayó un 8,2 por ciento entre febrero de 2023 y febrero de 2024, y se ubicó en torno a las 349.100 toneladas de res con hueso.
Para comprender el fenómeno hay diversas variables a considerar. La primera que surge es el contexto general de inflación y caída del poder adquisitivo. En febrero, los precios de la carne vacuna al consumidor en el Gran Buenos Aires aumentaron un 15 por ciento, que se suma a las subas del 25 y 19,6 por ciento que había habido en diciembre y enero respectivamente.
En la formación de precios también hay una interacción de variables imperfectas. Los carniceros tienen que cubrir costos de electricidad, expensas e insumos en alza. Y en la compra de la carne propiamente dicha, la oferta y la demanda juegan esta vez a favor de la suba.
«Vamos a un año que ya por herencia de los ciclos ganaderos y su dinámica habrá una menor producción de carne, porque el stock inicial va a ser menor. Esto se explica por la sequía de los últimos años, que llevó a una mayor faena de vacas y una menor oferta de terneros. Ahora los campos están recuperados, hay oferta de forraje y el productor retiene animales, entonces habrá menor faena de hacienda y menor oferta de carne, aunque el peso promedio de faena va a aumentar», explica.
Luego comenta que esa menor producción se debate entre el consumo interno y la exportación. «El aumento de la exportación no va a ser explosivo porque ya venimos de un buen nivel y porque el dólar no está competitivo. Hoy la producción de carne local está cara para la exportación, que está esperando una devaluación, y a su vez hay poco margen para aumentar precios en el mercado interno.Lo que más se va a ajustar será el consumo, que caerá seguramente en torno a los 4 o 5 kilos de carne por persona», dice Ponti, y aclara: «Los precios hoy de la carne no están atrasados respecto de la inflación ni del tipo de cambio, entonces es más dificil esperar un salto de precios».
Fuente Clarin