Dos empresas dedicadas a la faena de animales enfrentan una situación financiera complicada. Despidieron personal, entraron en cesación de pagos y se acerca la convocatoria de acreedores
La crisis del campo se expande a cada vez más partes de la cadena. Ahora, dos frigoríficos locales entraron en cesación de pagos, deben sueldos y aguinaldos y, dada su situación financiera, están actualmente sin capacidad de faena, lo que les impide retomar su actividad.
Uno de ellos es el frigorífico pampeano HV, basado en la localidad de Bernasconi. De acuerdo con la central de deudores del Banco Central, la firma controlada por la familia Vigna, acumula un total de 621 cheques rechazados por falta de fondos por un monto de $ 2,1 millones.
Además, la empresa registra una deuda bancaria por $ 6,1 millones, de los cuales $ 3,1 millones están clasificados en situación 2 (se le da un seguimiento especial) y $ 1,8 millones en situación 3 (con problemas). En suma, la deuda ronda los $ 8,3 millones (aproximadamente u$s 6,7 millones). A eso se suma pasivo adicional por fuera del sistema bancario.
Según publicó el medio especializado Bichos de Campo, la firma está tramitando la convocatoria de acreedores. Esta herramienta le permitiría a la empresa obtener respaldo judicial mientras reorganiza sus pasivos. Este proceso le permite suspender pagos, frenar embargos y negociar con sus acreedores nuevas condiciones para cancelar sus deudas, como quitas o plazos más largos. El objetivo principal es preservar la continuidad operativa de la firma y ganar tiempo para estabilizar su situación financiera.
El otro caso se sitúa en la Provincia de Buenos Aires. El ex frigorífico Sadowa, hoy San Telmo, despidió a más del 50% de sus empleados en los últimos 15 días. De hecho, de una planta de 108 trabajadores, hoy quedan 52.
El frigorífico estaba sin operación desde mediados de abril, de manera que los trabajadores asistían a cumplir con tareas de limpieza. El viernes se realizará una asamblea en el Ministerio de Trabajo de la provincia para definir el futuro de la compañía.
El establecimiento llegó a ser uno de los mayores exportadores de la región, con una capacidad de faena de 7000 cabezas por mes y envíos a los Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, Brasil y Chile en la década del ’90. A fines de la década y en los primeros años de 2000, se produjo un brote de fiebre aftosa que terminó por cerrar los mercados externos de la carne argentina.
Después de ese periodo se mantuvo bajo una cooperativa y, en 2023, reabrió con el objetivo de enfocarse en el consumo interno y llegar a generar nuevamente 300 puestos de trabajo.
La crisis del campo arrancó a fines del año pasado con la caída de grandes compañías como Los Grobo y su controlada fábrica de insumos para el sector, Agrofina, a la que le siguieron Surcos, Bioceres y la láctea Verónica.
Hoy, el mercado de la carne vacuna en la Argentina atraviesa un momento complejo, marcado por una caída en exportaciones, precios elevados en el mercado interno, y desafíos estructurales para la competitividad. En 2024 el país alcanzó un récord histórico, con 935.261 toneladas exportadas, lo que implicó ingresos por u$s 2,83 mil millones.
Sin embargo, en el primer trimestre de 2025 las exportaciones cayeron un 28% en volumen (142.500t vs. 195.400t) y 7,5% en valor (u$s 694 contra u$s 735 millones). Si bien las causas de esta baja son tanto locales, como internacionales, se destaca que China, principal destino de los envíos de carne mundiales (absorbe más del 60% de las exportaciones), redujo compras hasta un 47% interanual a inicios de 2025, lo que debilitó la demanda.
En el mercado local, el consumo per cápita de carne vacuna alcanzó en enero de 2025 un mínimo histórico de 47,8kg por año, el más bajo en tres décadas, según puntualizó la Bolsa de Comercio de Rosario.
Fuente El Cronista